Los archivos JPEG (Joint Photographic Experts Group), que más que un formato de archive de imagen, es un sistema de compresión, permiten varias formas de compresión.
Tras varios análisis sobre la mejor forma de comprimir, los resultados dicen que, si el archivo ocupa menos de 10 kilobytes, la mejor forma de comprimir es usando el algoritmo “baseline” o “estándar”. En cambio, en aquellos archivos que ocupen más de 10 kilobytes, la mejor forma de compresión es la de “progresive”.
Un detalle del sistema de compresión de los archivos JPEG es que se basa en los bloques de 8×8 de forma que se puede comprimir en base a esta regla. En la imagen, el primer recuadro está alineado en el bloque de 8×8 pero el segundo bloque no lo está.
Otro detalle importante de la calidad de los JPEG es que hay ciertos límites. Por ejemplo, comprimir una imagen al 95% o al 100% es inapreciable, pero el tamaño del fichero varía muchísimo. De la misma forma, comprimir a un 50% puede provocar una pérdida excesiva de calidad y, sin embargo, comprimir a un 51% puede llegar a ocupar menos tamaño el fichero y una menor pérdida.